miércoles, enero 11, 2012
El corolla de Kankkunen

Juha Kankkunen saldría a correr el Rallye de El Corte Inglés como estrella invitada allá por el 2001 con este coche. Bueno, con este no, con uno 24 veces más grande, de los que hacen burrum burrum y derrapan y tal. Esta unidad, aparte de bonita, tiene su curiosidad: Aquel año, Luis Monzón corría el nacional de asfalto con el 206 WRC oficial de Peugeot España, pero en los dos primeros rallyes no consiguió hacerse con el coche. En el rallye canario coincidiría con Juha (que llevaba este corolla y acabó cuarto), el cual según el propio Luis le dió un par de consejillos sobre los WRC, no sé si sobre reglajes, pilotaje o limpieza de la tapicería, pero a partir de entonces, Monzón barrió en el campeonato.

En este caso la maqueta no es mía, es de un tal Jesús Maquerie al que los más viejos del lugar recordaréis bien por otro Corolla al que le plantó un motor por sus pistolas a base de trocitos de plástico y que fue protagonista de un estupendo artículo en  Euromodelismo hace más de 10 años, con un detallado paso a paso que provocó charcazos de babas entre aquellos que estábamos empezando.

Aquí el amigo Jesús, con la excusa de "es para practicar con lacas", se ha marcado un maquetón de arriba abajo que bien le ha merecido una medallita de bronce en el reciente concurso "Tierras del Cid" en Invernalia, allá donde se crían las morcillas. Un par de fotos de las tripas del coche:


Limpito eh? Nótese los diferentes materiales, los quemados, la fibra... Todo una lección de cómo se hacen las cosas y como mejora la cosa con un poquito de scratch y dos cositas más. Y aquí viene lo bueno: El montaje esta documentado en su blog, pasito a pasito, con sus problemillas y soluciones. Ponnografía modelística oiga! No dejeis de visitarlo, las fotos del modelito terminado están aquí, y a poco que navegueis en su blog encontrareis el proceso.

sábado, diciembre 17, 2011
Ese picor
Supongo que a todos nos viene en algún momento esa necesidad de hacer algo con nuestras propias manos que a veces pica y pica hasta llegar a desesperar y que obliga aunque sea a sacar un lápiz y rellenar los huecos de las letras en el catálogo del MediaMarkt. Es una sensación curiosa, como si ardiesen las manos, que si pillas una maqueta en ese momento y la terminas, la dejas que hasta los cinturones negros del modelismo (Rebollo, Pulido, Amarillas...) se abrazarían, saltarían y te harían la ola. Y hasta te dedicarían una canción.

Luego claro, están las limitaciones y maldiciones que cada uno lleve encima, y aunque te ardan las manos y te pique el higadillo y empieces a flotar mentalmente por encima del mundo, de donde no hay no se puede sacar, y ejemplos tengo a patadas como ya habréis leído en la serie de entradas Shit happens, aquí, aquí , aquí y aquí.

El caso es que ante la imposibilidad modelística, sin sitio ni herramientas ¡ni maquetas!, me rasqué el picor como si tuviese 10 años y junté cochecitos, pinturitas y ropa. ¡Friquismo absoluto! Camiseta lisas del H&M, rotuladores Alpino textil, blanco acrílico textil Vallejo y dejar que la familia se marche unos días al pueblo. Resultado:


No, el azul de la tela no es el de gulf, y no, ningún 917k pisó en su época el sacacorchos de laguna seca -la foto original es de una rennsport reunion- , y si por azares de la vida lo hubiera hecho, no había piano por aquel entonces. Da igual, a mi hijo no le preocupa tanto la accurancy enfermiza que buscamos los modelistas.

Y es que uno ya tiene una edad como para andar poniéndose camisetas de colorines pintadas a mano, asi que son para el niño, que de momento no sólo no protesta, si no que además las exhibe orgulloso esgrimiendo un "¡me lo ha pintado mi papá!" con el consecuente chorrete de baba y humedecimiento ocular por parte de su progenitor.

Ahí le tenéis:

  
Lo malo es que estos rotuladores baratuchos no aguantan bien los lavados y con el tiempo el dibujito se va aclarando. Probablemente habrá mejores materiales para estas cosas, pero bueh... yo consegui calmar el picorcillo y de momento me doy con un canto en los dientes.

Hay quien se gasta 40 eurazos en una camiseta oficial ferrari para el crío. Yo me he gastado 4 y la recompensa es muchísimo mayor. "¡Me lo ha pintado mi papá!", eso no tiene precio.

Pd: Odio el nuevo editor de blogger.

sábado, diciembre 03, 2011
Pequeñoño y Vomitrón
Os voy a presentar a unos auténticos bookworms, devoradores de columnas de opinión y de anuncios por palabras, de publi-reportajes y de novelitas del montón, de revistas de coches, fascículos y catálogos del ikea, de manuales y tickets de compra, de clinex, servilletas, post-its... cualquier derivado celulósico al alcance de sus manos es cuidadosamente seleccionado, rasgado y rechupeteado antes de ser ingerido a menos que haya alguien que lo evite.


Este par de expertos del papel son Pequeñoño y Vomitrón, antes conocidos como gruñón y cocoliso, y cada tarde convierten la Mansión Pinipón en un infierno. Son MUY activos, demasiado, y si no están llorando es porque están haciendo trastadas del tipo "esta pelusa sabe dulce", "que fresquita el agua del cubo de fregar" o "como mola tirar de este cable". No podemos despistarnos ni un momento, gatean a toda leche y parece que se ponen de acuerdo, uno despista y el otro la lía.

Quién nos lo iba a decir hace poco más de un año cuando veíamos temblar a Nicolás metido en aquella pecera, minúsculo, lleno de cables y con un tubo atravesándole el pecho mientras en la otra punta de la ciudad inflaban a Álex con antibióticos. Tuvieron muchas dificultades al nacer por tener tanta prisa y llegar con diez semanas de adelanto. Mal lo pasamos, la verdad, y eso que no nos faltó apoyo, vía teléfono, vía web, o incluso en persona durante aquellos dos meses en los que casi nos convertimos en parte del mobiliario de la Unidad de Neonatos del Infanta Leonor, donde todo el personal se portó de fábula con nosotros. Os pongo un par de fotos de cuando por fin les juntaron en el mismo hospital y podían salir de la incubadora, ya con un color normal, con la mitad de aparatos y sin vías en la cabeza.



La verdad es que la vida en casa no está siendo nada fácil. Duro ha sido tenerlos tanto tiempo en el hospital, y duro está siendo ahora lidiar con ellos: No es el doble de trabajo, es trabajo al cuadrado. Y menos mal que de momento su hermano mayor se está portando como un fenómeno y en medida de lo posible, colabora. Si alguien aún no conoce a Mario, ya lo presenté aquí al poco de nacer. Está hecho un fenómeno y le gustan los coches de carreras tanto como a su padre: cuando se levanta no me dice "me pones los dibujos?", me dice "me pones los V8?".

Cada mañana es un sprint que empieza a las 6:30 con biberones, pañales, llantos, cereales, ropa, vomitos, más ropa, más llantos... Lo peor es cuando por fin los tengo empaquetados para llevar y estamos saliendo por la puerta y aparece en escena la caca: si no es Mario con su ya conocido "papá me hago caca...", es uno de los pequeños con el pastel desbordando por arriba y por abajo, manchando body, pantalón y camiseta, con el consecuente llanto del otro gemelo por estar panzarriba en la cuna sin poder ver ni moverse por llevar el abrigo puesto y el gorro calado hasta la nariz. Y entonces hay que echar a correr, primero al cole del mayor y luego al de sus hermanos, y siempre llegamos justitos. Después de estos días de lluvia puedo presumir de ser un experto en conducción deportiva de carrito gemelar en modo invernadero sobre superficie mojada.

Cacas, llantos y vómitos aparte, lo cierto es que tener hijos con copia de seguridad da lugar a situaciones bastante peculiares, como intentar dar de desayunar dos veces al mismo mientras el otro llora muerto de hambre, confundirles de clase o no reconocer quién es quién en las fotos, situación ésta para la que ya estamos tomando medidas como se puede ver en alguna de las fotos que ilustran esta entrada.

Curioso es también lo mucho que nos paran las señoras mayores por la calle, da igual la prisa que lleves. En la sillita, sentaditos y calladitos se les ve muy monos, pero menudo par de demonios tragapapeles. Las visitas normalmente se marchan antes siquiera de terminarse el café... ¡huyen despavoridas! He de reconocer que yo también lo haría en casa ajena, es más, antes iba a trabajar, ahora HUYO a trabajar.



¿Modelismo? JA!

sábado, junio 12, 2010
El incidente del espagueti
Aquí tenemos al viejo petrolero de la familia pinipón (que actualmente conduce mi hermano) aderezado con una buena guarnición de spaghetti bolognesa e tortiglia di patati:



Menuda aventura...

Nos localiza la policía nacional llamando a la indeseable de mi vecina por teléfono. Bajo corriendo a su casa y me suelta el poli de turno que llevan más de media hora intentando dar con nosotros, pero que como no salimos en las guías de telefónica, no nos encontraban.
"Es suyo un ford mondeo matricula tal-tal? Retire de inmediato su vehículo, hay un artefacto sospechoso junto al mismo y lo vamos a estallar" (ole ole y ole, y si explota mientras retiro el coche???)
Llamo a mi hermano para contarle la película y alucina pepinillos "Pero que diceeeen!! Si son unos tupper con espaguetis y tortilla!!" Intenta hablar con el madero de turno, que no entra en razón, por lo que le toca presentarse en el lugar pero la zona ya está acordonada y no le dejan pasar.

*pum*
(Supongo que se oría de fondo algo como "ooooh", risitas y aplausos)

No sé con qué tipo de salsa irían esos espaguetis, pero han dejado unas marcas en el coche que no hay un dios que las quite...

Al día siguiente pasamos cerca de 4 horas en la comisaria para firmar nosequé diligencia. Nos cansamos de esperar "Esto va para largo, es un caso de malos tratos y aún tienen que pasar todas esas personas antes que ustedes..." Nos marchamos. No hemos vuelto a saber nada.
lunes, mayo 10, 2010
Tachando de la lista

Héme aquí, sentado en un auténtico cuatrotreinta ejcudería, un rato antes de dar un par de vueltecillas al Jarama.

No hay mucho que contar, la verdad: Mandé un email a un concurso de una conocida revista de coches (la mejor probablemente, aunque el Escueto ya no participe) y me tocó. La experiencia ha sido inolvidable, quizá no tanto por el cambio del pandita al pepino éste como por haber rodado por fín al otro lado de la barrera, que era uno de los asuntos que tenía apuntados en mi lista de cosas que hacer antes de palmar.

Y tomayá, con un Ferrari que na menos...



Esa tarde llovió lo suficiente como para que a los responsables les palpitase el esfínter y nos dieran la opción de cambiar de día o esperar a que escampase. Y ahí estuvimos mi hermano y yo esperando a que se secara un poco la pista, poniéndonos moraos de bizcolates industriales y zumo de cartón, que junto a algún otro bollo del mercadona y un grifo con agua completaban el catering de los superdeportivos.


La pena es que después de la espera nos acongojaron diciéndonos que tuviésemos muchísimo cuidado, que eran muy delicados de conducir, que se iban mucho, que no acelerasemos de golpe... vamos, que me monté en el coche como si llevara cristal de bohemia en la guantera. Entre eso y que no sabes a ciencia cierta si vas muy fuerte o muy flojo (mi referencia es el pandita!) pues como que no aprovechas el asunto. Al final, de las dos vueltas pertinentes, una la das pisando huevos y la otra clavando frenos por que no te has acostumbrado al tacto de los pedales. Cuando por fín te decides a echarle bemoles, resulta que ya estás bajando Bugatti, frenando para las últimas curvas y quietooo no te embales que tienes que entrar en boxes.

Me hubiera gustado haber rodado un poco más, haber disfrutado un poco del coche y no sólo pasear al joven adolescente que llevaba como instructor. Ni siquiera me dió tiempo a ubicar los relojitos del salpicadero! Las pocas veces que pisé con gusto me se erizaron los vellos del cogote: El sonido del motor cambia de golpe y se hace tan fuerte que por un momento dejé de oir al chavalote que me decía nosequé de poner el volante recto. Incluso conseguí que se encendiera uno de los chivatos del aro de volante para cambiar de marcha haciendo click!

Por lo menos podré presumir de haber conducido un ejcudería por el Jarama...

Lo más gracioso del rollo superdeportivo es bajarse del coche. Al estar tan bajito, los no experimentados ponemos una pierna a lo Lina Morgan apoyada en el tunel de transmisión mientras la otra la tenemos en el suelo, dando como resultado una pose de lo más lolailo. Comprobado.

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